El año 2019 fue un punto de inflexión en la historia boliviana, con cambios sustanciales en los ámbitos político y económico. Ante ese contexto, CAINCO vislumbró que era urgente discutir sobre el futuro de la economía y el sector empresarial, y para ello identificó tres áreas cruciales para que la siguiente administración gubernamental pueda retomar la senda de crecimiento sostenible. En el siguiente artículo se expone el resultado de esta discusión en la que participaron expertos invitados y empresarios de diferentes rubros.

El año 2019 fue un punto de inflexión en la historia boliviana. En lo político porque significó la restauración del estado de derecho mediante la reconstrucción total del sistema electoral, de tal forma que en adelante las preferencias ciudadanas se manifiesten pacíficamente en las urnas, con la independencia adecuada del Órgano Electoral.

También es un hito en lo económico porque las estadísticas reflejaron el agotamiento de una orientación de políticas públicas. Desde 2013 el aporte del sector público a la actividad económica se mantuvo constante en torno a $us13 mil millones, mientras que el aporte privado subió de $us17 mil millones a $us27 mil millones al año más reciente con información (2018).

El próximo 3 de mayo el país concurrirá a las urnas para decidir libremente quiénes serán sus gobernantes. Esta votación no sólo elegirá a los líderes políticos que administren el sector público, sino también la orientación económica que ellos representan.

El emprendimiento privado juega un rol crucial en la economía porque aporta con dos terceras partes del Producto Interno Bruto (PIB), por encima del 60% de las exportaciones totales y más del 40% del empleo formal. Además, es responsable del total de las exportaciones no tradicionales y, en consecuencia, el principal actor de la diversificación económica.

En este contexto, CAINCO vislumbró que era urgente discutir sobre el curso futuro de la economía en general y del sector privado en particular. Para evitar la dispersión de criterios identificó tres áreas cruciales para que la siguiente administración gubernamental pueda retomar la senda de crecimiento sostenible.

Ellas son la estabilidad económica como condición básica para el desarrollo de las actividades económicas, la productividad en su carácter de principal fuerza para la transformación y la institucionalidad como el cimiento sobre el cual se construye el bienestar de la sociedad.

En tal sentido, se desarrolló un foro en el que participaron expertos internacionales y empresarios bolivianos de diferentes rubros, con el objetivo de aportar análisis y propuestas de alto valor económico y empresarial que permitan transitar al país por mejores rutas del desarrollo en el siguiente gobierno elegido democráticamente, preservando la estabilidad, fomentando la productividad y promoviendo la institucionalidad.

Foro Estabilidad, Productividad e Institucionalidad

Desde que se concibió la idea de realizar este evento a fines de diciembre, se delineó que el foro pueda contar principalmente con empresarios para que compartan su visión e inquietudes sobre estos temas. También se identificó la necesidad de expertos en determinadas áreas para tener una mejor aproximación de los tópicos más especializados, en especial estabilidad. Para dar realce se invitó a inicios de año a la primera autoridad ejecutiva del país. Y con el objetivo de difundir estas ideas en la clase política se invitó a los candidatos presidenciales para que estén en calidad de receptores de estos mensajes.

El Foro comenzó con la participación de Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Central de la República Argentina, quien se centró en el pilar de estabilidad económica. Él compartió la experiencia de la administración Macri al respecto, resaltando sus aciertos y errores. De igual forma, indicó sus apreciaciones sobre los regímenes cambiarios, un tema en el cual es un experto reconocido a nivel mundial. Y dio lineamientos en el tema de mejor administración pública.

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Puesto que en adelante su desafío es construir instituciones sólidas y técnicas que promuevan el bienestar de las personas y restauren la unidad nacional; y conociendo que España atravesó un periodo similar de su historia a fines del siglo pasado, también expuso Manuel Campo Vidal, presidente del prestigioso Instituto de Comunicación Empresarial y el periodista que condujo los principales debates presidenciales en España, quien compartió sus puntos de vista y experiencia sobre la transición democrática.

Asimismo, se desarrolló tres paneles de discusión con participación de profesionales y empresarios de diferentes rubros económicos, con los siguientes enfoques:

  • Desafíos para aumentar la productividad en Bolivia

En este panel, economistas destacadas plantearon sus visiones sobre los elementos que pueden contribuir a mejorar la productividad y, de esa forma, el bienestar de los bolivianos en un entorno cambiante. Ellas fueron: Indu John-Abraham, representante del Banco Mundial en Bolivia; Beatriz Muriel, directoria ejecutiva del think-tank INESAD; y Liliana Serrate, economista de la Agencia Santa Cruz Innova

  • Productividad sectorial – Casos prácticos desde el sector empresarial

Además de un marco global de apoyo a la actividad económica, se requiere mirar con detalle a los diversos sectores, puesto que en ellos se perciben los aspectos particulares que hacen al clima de negocios y a la productividad empresarial. Reconocidos empresarios de los rubros de industria, comercio, servicios y turismo compartieron sus experiencias y sugerencias de mejora en el ámbito sectorial, pero con una mirada transversal a toda la economía. Colaboraron: Juan Manuel Bejarano, gerente general de Incercruz; Federico Stelzer, gerente general de Hipermaxi; Leonardo Salvatierra, gerente general de Farmacias Chávez; Jean Pierre Antelo, gerente general de Mersur; y Jerónimo Vaqueiro, gerente general de Tropical Tours

  • La construcción de la institucionalidad

En estas décadas, el bajo respeto a la ley, un marco regulatorio inadecuado y altos niveles de corrupción han impedido que las instituciones fomenten la actividad económica. En este espacio, reconocidos empresarios discutieron sobre cómo construir instituciones y marco legal que sea adecuado para las actividades económicas, con énfasis en las que se requieren en el siglo XXI. Ellos fueron: Rodrigo Bedoya, vicepresidente de desarrollo comercial de La Boliviana Ciacruz; José Mario Serrate Paz, director del estudio jurídico Serrate Paz y Asociados; y Verónica Ágreda, rectora nacional de la Universidad Privada Franz Tamayo.

Para sintetizar las principales ideas del Foro, se contó con un panel de cierre denominado “La Bolivia que queremos”, donde los relatores de los paneles expusieron de forma sucinta lo discutido anteriormente. Este panel de cierre tuvo como integrantes, además de Federico Sturzenegger, a Alejandro Lora, vicepresidente de la UPSA; Patricia Hurtado, gerente de estudios de CAINCO; y Martin Rapp, director y asesor de empresas.

 

La Bolivia que queremos

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Como resultado de este importante evento que reunió a figuras representativos del sector empresarial y político, incluyendo a la presidente del Estado, Jeanine Áñez -quien en su calidad de primera mandataria compartió sus reflexiones sobre la transición y su visión institucional sobre los desafíos económicos de la siguiente administración-, compartimos a continuación las visiones vertidas en las exposiciones y paneles.

ESTABILIDAD

Durante los últimos 35 años el país ha mantenido la estabilidad macroeconómica, con un déficit fiscal promedio de menos de 4% del PIB y una inflación promedio de 7% durante similar periodo.

Sin embargo, en los 14 años previos se han acumulado desequilibrios macroeconómicos, los cuales se han agudizado desde 2015: un déficit fiscal promedio en torno a 8% del PIB que se ha plasmado en una caída de las reservas internacionales y aumento de la deuda pública.

Consecuentemente, el gobierno de transición ha comenzado a estabilizar la situación moderando el déficit fiscal, de tal forma que terminó 2019 por debajo de 8% del PIB cuando la tendencia que iba a ser superior a 9% del PIB.

En esa línea, a la siguiente administración le corresponderá continuar y profundizar las medidas para garantizar y mantener la estabilidad.

Entre las medidas propuestas en el Foro se encuentran:

  • Bolivia debe reequilibrar sus cuentas fiscal y externa, lo cual puede hacerlo de forma gradual, pero con muchísima firmeza. Una parte importante del ajuste debe basarse en la reingeniería de las empresas públicas y de las entidades regulatorias.
  • Se puede y debe crear institucionalidad para las empresas públicas relacionadas con recursos naturales, así como para el destino que se les dé a las rentas para que no generen vaivenes de largo plazo como nacionalizaciones/privatizaciones o de corto plazo, que corresponden a los auges y recesiones ocasionados por la fluctuación de los precios de las materias primas.
  • En la transición se podrían generar consensos macroeconómicos básicos como una nueva ley de información estadística para garantizar la correcta difusión. También se puede plantear una nueva ley del banco central para eliminar su rol como banca de desarrollo del sector público.
Federico Sturzenegger en el Foro ‘La Bolivia que queremos’

PRODUCTIVIDAD

En 1990 la productividad boliviana era 40% del promedio latinoamericano; es decir, cinco trabajadores bolivianos juntos hacían lo similar que dos latinoamericanos. Al año de información más reciente (2018), esta relación ha mejorado ligeramente porque cuatro trabajadores bolivianos hacen lo mismo que dos latinoamericanos.

Pero si comparamos con los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) o países desarrollados, ésta era de siete trabajadores bolivianos por cada trabajador de un país avanzado; y, aunque ha subido modestamente (actualmente es de 6 a 1), la amplia brecha persiste.

Por tanto, el segundo pilar es mejorar la productividad del país, de sus empresas y trabajadores y también de quienes producen conocimiento.

Las medidas que se discutieron son:

  • En el plano más general a partir de las exposiciones de la cooperación internacional y la academia se concluyó que:
    • Es necesario apuntalar la libertad de crear y operar empresas, de fomentar la competencia y ampliar los mercados. Esto se consigue apuntando a una sociedad que sea abierta a la experimentación y a la implementación de nuevas ideas empresariales. De hecho, la evidencia muestra que las mejoras de productividad vienen dadas por empresas que van apostando informadamente por nuevos productos que surgen a través de mejoras de la calidad, así como por la satisfacción de nuevos mercados.
    • El factor clave para la productividad es el capital humano. Por tanto, se debe apuntar a mejorar las competencias y habilidades de los empleados, como también una ley laboral que permita que consigan empleo y que proteja el puesto de trabajo y, por tanto, la empresa. Esto se conseguirá promoviendo las actividades del sector formal, para lo cual se necesitan nuevos sistemas de incentivos a empresas y consumidores, además de una reforma tributaria creativa que esté en línea con los principios universales que guían la administración tributaria.
    • En el siglo XXI la innovación es la vía para el desarrollo puesto que permite a las empresas ser más decididas en sus procesos. El mundo está ya en la cuarta revolución industrial, mientras que Bolivia transita todavía por una vía industrial de segunda generación. Se debe reformar los sistemas de innovación para que apoyen a las empresas más intrépidas, preparen el capital humano para la creación de nuevas ideas.
Indu John-Abraham en el Foro ‘La Bolivia que queremos’
  • En el plano más enfocado en los rubros, un panel de alto nivel de empresarios recomendó lo siguiente:
    • Fomentar que las empresas puedan mejorar sus procesos, aumentar la eficiencia e incrementar la productividad. Las firmas son las que conocen mejor sus giros de negocios e implementan por sí solas nuevos esquemas de mejora productiva cuando las condiciones son adecuadas. Por tanto, se puede incentivar este proceso con incentivos tributarios a la inversión y productividad, subsidios a la investigación y desarrollo y enfoque de certificación de la calidad.
    • Combatir la informalidad con nuevos métodos puesto que el enfoque tradicional ha sido punitivo sólo con las empresas formales. Tomando los avances recientes en ciencias del comportamiento, es posible crear incentivos para que la población compre del comercio formal como “impuestos por efectivo” y la ampliación del régimen complementario del IVA tanto entre los que se encuentran tributando como en nuevos segmentos poblacionales.
    • Políticas de apoyo al emprendimiento en su edad temprana y crecimiento, dado que la etapa más difícil en la firma es pasar de ser un emprendimiento personal informal a una empresa consolidada formal, por los altos costos que implica aumentar el tamaño. Entre estos se incluye eliminar los impuestos que tienen un efecto en cascada como el Impuesto a las Transacciones (IT)
    • Propender a una regulación más efectiva y menos complicada, en particular del ámbito laboral. Las actuales normas sectoriales son contraproducentes para el desarrollo de los rubros y apuntan a limitar los incentivos para que existan más encadenamientos de valor entre las empresas. Entre estos focos de atención destaca el ámbito laboral, puesto que el talento humano es un factor clave para las empresas; y, por ende, barreras a la creación de fuentes de trabajo formal impiden tanto la creación de nuevos empleos como que trabajadores puedan conseguir una forma digna de generar ingresos en un entorno de seguridad industrial y social.
    • Proveer la logística e infraestructura adecuada para el crecimiento empresarial, puesto que es la forma de mitigar los problemas de una geografía diversa pero complicada y de la larga distancia a los principales mercados mundiales. Especial atención merece la inversión en infraestructura que es clave para el desarrollo de otras industrias como lo es el turismo, que además es intensivo en empleo, que junto a otras medidas administrativas podría tener un impulso significativo a nivel doméstico como mundial.

INSTITUCIONALIDAD

Detrás de la estabilidad y la productividad, así como de muchos otros factores están las instituciones y quienes la componen. En el plano económico, las instituciones son las reglas de juego entre los que se incluyen los derechos de propiedad y el estado de derecho.

En efecto, entre los pilares básicos de la productividad y el crecimiento está la institucionalidad. Según el Foro Económico Mundial, Bolivia se encuentra en el puesto 134 de 141 país, uno de los más bajos en el mundo en la calidad de instituciones.

Manuel Campo Vidal en el Foro ‘La Bolivia que queremos’

Por tanto, el tercer punto que se discutió es cómo desarrollar instituciones para el desarrollo, lo cual incluye las siguientes medidas:

  • Mejorar la normativa regulatoria, propendiendo a aspectos marco como autoridades independientes, así como leyes acordes a los nuevos tiempos, reducción de la burocracia y digitalización de los trámites, además de leyes para la defensa de la libre competencia. Un paso fundamental para ello es reactivar la ley 1600 del Sistema de Regulación Sectorial, que proporcionó un marco estable e independiente para la regulación, incluyendo el financiamiento respectivo para este sistema.
  • Discutir seriamente la ley laboral, puesto que la actual data en su esencia de los años cuarenta del siglo pasado cuando el contexto industrial y laboral era totalmente diferente, siendo que ahora se requieren las condiciones adecuadas para la contratación de empleo formal y con las habilidades necesarias. Es decir, se debe pasar de una legislación de inicios del siglo XX a otra que pueda ser más amigable con la creación de empleo. A ello, se debe complementar una política salarial basada en la productividad.
  • Una legislación favorable a la formalidad empresarial que promueva no sólo el inicio, sino la operación de las empresas, así como también la atracción de inversión extranjera directa, aquella que esté interesada en aportar al desarrollo del país. Los esfuerzos se deben enfocar en reducir la informalidad y los problemas que involucra, puesto que un contexto de bajo respeto a la ley es contraproducente para la creación de nuevos negocios y, peor aún, para atraer inversión extranjera.

 

En su intervención durante el Foro Estabilidad, Productividad e Institucionalidad, Fernando Hurtado, presidente de CAINCO, explicó su visión del rol de la empresa en la ruta del desarrollo del país. Aquí compartimos sus palabras durante ese importante evento que marcó la ruta para “La Bolivia que queremos”.

 

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