Por Carlos Núñez gerente de Ransa Guatemala

Ante la gran disrupción creada por la industria 4.0 y el Covid-19, las compañías debemos reevaluar el diseño de nuestra cadena de suministro. Esto es particularmente importante en el sector retail, donde sus supermercados, las tiendas especializadas y de conveniencia, así como otros establecimientos necesitan que su logística se adapte ágilmente con tecnologías y análisis de data para la toma rápida de decisiones y así superar los distintos retos que implica la pandemia.

La cuarentena exigió a las empresas de este sector a buscar nuevas formas de llegar a sus consumidores, pues se enfrentaron a un cliente más selectivo, racional y exhaustivo a la hora de la decisión de compra, que tiene en cuenta una mayor consideración en la relación precio-calidad-tiempo de entrega y en las medidas de precaución que se están tomando para evitar contagios en los puntos de venta.

De esta manera, el sector retail ha tenido que adaptar sus formatos para que los consumidores tengan mayor tranquilidad al realizar sus compras a través de señaléticas de prevención y distanciamiento entre personas; así como de nuevas formas de distribución de áreas de display de productos para que el tránsito sea más libre y separado, significando un incremento de la rotación del inventario y reducción de la necesidad de espacios de almacenamiento. Además, se reforzó la desinfección constante de los locales; se impulsó la implementación de nuevas alternativas de pago sin contacto y de nuevos métodos de adquisición como el “click and collect”, método híbrido que consiste en elegir los artículos en línea y acercarse a la tienda solo para recogerlos. Estrategias de este tipo están siendo cada vez más utilizadas.

Un gran protagonista de esta nueva normalidad ha sido el e-commerce. La crisis y el confinamiento han impulsado esta tendencia a nivel global en la gran mayoría de sectores económicos, siendo el retail uno de los que se ha visto en la necesidad de adaptarse ágilmente a las exigencias de sus clientes.

La innovación, digitalización, optimización, automatización de procesos y nuevas tecnologías como el machine learning son características claves de lo que actualmente se conoce como “Smart retail”, que permite a los retailers recopilar mayor información sobre sus consumidores y así generar mejores estrategias de venta. Se trata de una combinación entre tiendas físicas y experiencias digitales que contribuye en brindar un mejor servicio al cliente y en encontrar eficiencias en las transacciones para el negocio.

Bajo esta tendencia, el e-commerce pasó de ser el futuro de varios negocios, al presente de las empresas dedicadas a la comercialización. Así también, el “Home Delivery” se ha convertido en una pieza clave de la logística en retail que debe ser tratado de manera integral. No basta con tener una flota de vehículos, sino que se debe soportar esta operación con un sistema que combine tecnología y seguridad para un servicio B2C eficiente.

Es importante no perder de vista que si bien en algunos países de la región como El Salvador, Guatemala y Nicaragua, la cantidad de personas que visitan establecimientos como supermercados y diversas tiendas físicas son similares a las que habían antes de la pandemia, todavía existe una gran cantidad de consumidores centroamericanos que se resisten a visitar establecimientos físicos de este tipo por temor al contagio, es por ello que siguen haciendo uso de los canales de venta online. En ese sentido, los retailers deben ser capaces de soportar la operación de sus e-commerce a través de una cadena logística digital e integral.

Aún quedan largos meses para superar por completo esta pandemia, por lo que las empresas debemos seguir adaptándonos a los distintos retos que traerá consigo este nuevo contexto; sin embargo, es necesario verlo como una oportunidad para innovar y reinventar nuestros negocios en base a la tecnología, la digitalización, y la capacidad de reacción frente a los cambios del mercado y la seguridad de sus clientes.

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