María Reneé Centellas se presenta como madre de dos hijos y facilitadora general de Laboratorios Bagó Bolivia. De esta forma demuestra lo importante que es para ella tener una vida laboral y personal equilibrada. Es parte del programa Women Leadership Network CAINCO y nos comenta los desafíos que le ha tocado enfrentar como líder de una gran empresa y madre de familia simultáneamente.

María Reneé Centellas es licenciada en Bioquímica y Farmacia, máster en Farmacia Clínica y Gestión Farmacéutica, con diplomados en Logística y en Marketing, y variedad de cursos de especialización y gerenciales. Actualmente se desempeña como gerente general de Laboratorios Bagó Bolivia.

“Yo soy gerente general en el organigrama, pero se está cambiando a ‘facilitadora general’. ¿Cuál es la diferencia? Es que yo quiero facilitar el trabajo de los demás”, dice, y se ríe abiertamente, dejándonos ver una gran personalidad, amena y divertida. Es lo mismo, nos aclara, solo es el nombre el que cambia. “Como un nombre de fantasía -señala-, pero yo no quiero que sea solo de fantasía, sino real”, dice, porque para ella el éxito de un gerente depende mucho de saber facilitar el trabajo de todos sus colaboradores.

“En mi vida he tenido dos trabajos: el primero ha sido en Bagó Bolivia y casi simultáneamente he sido docente de farmacología durante tres años en la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, facultad de la que yo he salido profesional. Entré a Bagó como analista de medio tiempo de control de calidad, después me invitaron a la jefatura de control de calidad y luego a la gerencia de producción, y hace siete años me desafiaron a tener la gerencia general, que hoy por hoy la llamo facilitadora general, porque tengo la convicción de que en vez de gerentar fríamente, el éxito está en facilitar el trabajo de todos los colaboradores”.

Para dibujarnos mejor el panorama, María Reneé nos explica cómo funciona Bagó, el laboratorio en el que ha trabajado desde siempre: “El Grupo Bagó tiene origen en Argentina, donde están los accionistas. Del Grupo Bagó depende un directorio que es completamente autónomo. En Bolivia, Bagó empieza con la representación legal y la gerencia general, que está a mi cargo, y yo estoy colaborada por seis gerencias, que a su vez están colaboradas por diferentes departamentos, que son: administración y finanzas, logística, recursos humanos, investigación y ventas, promoción y marketing, y producción. Cada una de estas gerencias tienen sus supervisores, sus jefaturas, sus líderes, visitadores, vendedores y operarios.

¿Cuál es la clave para llevar adelante un equipo de trabajo tan grande? Le preguntamos, y ella muy divertida contesta: “Ah! Está fácil, es que yo solo hablo con seis (risas). Yo trato de delegar lo más que se pueda, pero sí me gusta estar involucrada hasta en la vida del operario o del representante médico, me gusta saber qué necesita la gente. Pero yo trabajo codo a codo con las seis personas que están a cargo de las gerencias; hablo con todos, pero la coordinación directa y las líneas de comunicación tienen que estar siempre claras. Por ejemplo, yo no voy a saber las necesidades que tiene un vendedor más de lo que sabe su supervisor”.

Para llegar a donde está, María Reneé pasó por grandes desafíos en su vida tanto profesional como personal, y para superarlos exitosamente, dice, tuvo que tomar decisiones muy importantes y hasta trascendentales, y por supuesto capacitarse y mantenerse actualizada, un aspecto fundamental para salir adelante.

“Para mí fue importante un diplomado de alto rendimiento y gente efectiva que hice, porque fue la primera vez que realicé un curso serio no tradicional. Se refería mucho a las habilidades de aprender y gestionar, de gestionar las emociones; fue la primera vez que escuché sobre la inteligencia emocional. Luego hice cursos en el INCAE, y este año, el último que tomé fue un programa de alta gerencia que me marcó un antes y un después, porque no solo fue un ‘refresh’ de un MBA sino también un forjador de caracteres… porque tener tantas horas de estudio y lectura realmente requiere de un dominio de la persona, significa aplicar inteligencia emocional y salir del confort voluntariamente para actualizarse. Eso es forjador”, sostiene.

Todo ello le ha servido no solo para tomar las mejores decisiones en su vida profesional sino también para enfrentar los desafíos del día a día en su vida personal, que finalmente están mutuamente influenciadas.

“Por supuesto he pasado momentos de grandes desafíos. Fui jefe de control de calidad con mi primera hija pequeña, y cuando estaba embarazada de mi segundo hijo me nombraron gerente de producción. Ese fue un momento muy decisivo para mí porque tenía que equilibrar mi vida laboral y personal. Fue la primera vez que tomé una decisión drástica en mi vida: tuve que dejar la docencia de farmacología, porque las tres cosas (desempeñarse como gerente de producción, ser docente universitaria y madre de dos hijos) ya eran incompatibles. Yo amo demasiado a mis hijos, pero para mí ser mamá era un papel muy difícil”, señaló.

“Cuando nació mi segundo hijo se volvió más difícil porque vivía a una gran distancia del trabajo. Ahí tomé la segunda decisión más grande de mi vida: pasé de vivir en casa propia a vivir en alquiler, pero más cerca de mi trabajo, porque así podía estar cerca de mi hijo y darme escapaditas para darle de lactar”, cuenta.

Asimismo, cuenta otros desafíos que le tocó enfrentar y que tuvo que combinar con sus responsabilidades laborales, como la rebeldía de su hija adolescente que un día le dijo que no quería ir al colegio porque el estudio no era para ella; era un problema con grandes implicaciones que incluyó varias sesiones con el psicólogo. O el gran trago amargo que pasó con su familia cuando su hijo menor enfrentó una enfermedad muy delicada que implicó hasta salir del país. “Esa fue una ocasión en la que Bagó me demostró cuánto podía hacer por mí”, dice.

Con todo, comenta que su mayor desafío en el trabajo es transmitir que todos quienes forman parte de Bagó, que están allí por una causa, que es aportar a la salud de los bolivianos, y que en ese aportar deben ser éticos y transparentes. “No es imposible, aunque sea difícil”, sostiene.

“Como dice nuestra misión: prevenir y combatir las enfermedades a través del trabajo de médicos, odontólogos y farmacias. Y decidimos hacerlo con total ética y apego a la verdad. Con esto queremos demostrar que sí se puede trabajar con honestidad, transparencia y ética, que no es necesario decir una cosa y hacer otra. Queremos ser buenas personas, y ese es nuestro gran desafío, porque en el medio farmacéutico a veces eso es difícil”, comenta.

 

“La mujer logra el equilibrio con amor”

¿Qué actitudes o habilidades considera indispensables para sobrellevar el día a día en la gestión de una empresa?

Principalmente tiene que ser el amor y la pasión que uno le pone a lo que está haciendo. Y yo estoy convencida de que no hay mayor poder que el poder del conocimiento. Uno tiene que adentrarse en el tema, conocer el tema, y tratar de impartirlo con amor y dedicación, y con el ejemplo. Porque yo no puedo pedir que alguien sea feliz si yo no lo soy; no puedo pedir que seamos honestos, si yo no lo soy; o que sean tolerantes mientras yo soy una histérica. Mucho hace el ejemplo.

Pienso que la habilidad de una persona que lleva adelante un equipo o una familia tiene que ser principalmente el amor y el conocimiento.

¿Cómo evalúa la participación de la mujer en el mundo empresarial y cuál considera que es su principal aporte?

Creo que tenemos ventajas las mujeres ejecutivas, porque valoramos esa parte humana que que supuestamente el hombre no debe tener porque es hombre. La mujer logra el equilibrio con eso, y no es porque sea maternalista, sino porque en el mundo de los negocios más bien ese lado afectivo es lo que está cambiando todo. Tal vez somos pocas las mujeres en cargos ejecutivos altos, pero siendo pocas lo estamos haciendo cambiar.

Los hombres pueden ser muy innovadores, como Steve Jobs, tremendo personaje en la historia del mundo, de quien se puede aprender mucho, pero calidad de persona no era. Y así muchos personajes muy importantes no necesariamente tienen una buena vida personal. Todos los grandes hombres no han sabido equilibrar lo laboral con lo familiar. ¿Cuál es la diferencia con las mujeres? Yo creo que la mujer le pone a todo el amor que tiene que ponerse.

Cuando un hombre se presenta dice: fulano de tal, gerente general de tal empresa. Cuando una mujer se presenta siempre lo hace incluyendo la información personal: fulana de tal, mamá de dos hijos, gerente general de tal empresa. Los hombres siempre dejan de lado esto, como si esa información los hiciera menos.

Por eso me gusta mucho formar parte del grupo de Women de CAINCO, porque todas son empresarias o emprendedoras, que llevan adelante empresas, algunas son muy jóvenes y otras con mucha experiencia. Realmente escucharlas hace que una se enriquezca, y todas lo hablan con mucha pasión y sin olvidarse de su lado personal.

¿Cuál es su evaluación Programa Women Leadership Network CAINCO y cómo le aporta en su día a día?

A mí me ha aportado mucho en el tema de seguir aprendiendo, y no solo aprender por los expositores que traen de mucho nivel, sino por la interacción que tengo con las otras mujeres. Ellas saben mucho, cada una tiene mucha experiencia en su campo, y a la vez son sencillas y abiertas.

Creo que grupos de este tipo son de mucho aporte para las mujeres, porque la mujer necesita eso: reforzarse con el conocimiento de otras mujeres. Es interesante conocer cómo van sobrellevando los retos y cómo llegan a un resultado positivo.

Y creo que todo aporte que una recibe va a llegar a la sociedad, porque lo que yo recibo lo llevo a mi empresa y de mi empresa va a la sociedad, y así es como se propaga y vamos creando valor.

 

 

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