La innovación es el foco de este sector de E&D y por ello ha reunido a tres invitados especiales para que nos hablen, cada uno desde su campo de experiencia, sobre esta dinámica de innovar tan necesaria para el desarrollo económico, social, educativo y tecnológico de Santa Cruz y Bolivia.

Con pretexto de la primera charla TEDx organizada por la agencia de innovación de CAINCO ‘Santa Cruz Innova’, E&D logró sentar en una misma mesa a tres ponentes de innovación, quienes compartieron sus ideas sobre la apasionante dinámica de innovar. Los presentamos:

  • Elkin Echeverry, emprendedor social, conferencista y empresario con más de 25 años en Innovación. Actualmente es director de Planeación y Prospectiva de la Agencia de Innovación “Ruta N” en Medellín – Colombia, que es catalogada como una de las mejores Agencias de Innovación de Latinoamérica. Obtuvo el premio Arquímedes el año 2013.
  • Micaela Princiotto, religiosa oriunda de Italia, quien se encuentra realizando su misión en Bolivia hace 28 años y ha optado por la educación porque considera es un instrumento y la fuente para que un pueblo salga de la pobreza y logre mejores condiciones de vida. Es directora de la fundación Casa Editorial Bienaventuranzas, y con capacitaciones gratuitas ayuda a que los profesores obtengan mejores niveles de competencias en metodología de enseñanza, nuevos enfoques y tecnología en el aula. La hermana Micaela también es directora del Instituto Educativo Josefina Bálsamo, en Santa Cruz Bolivia, formado por diez centros de educación.
  • Cristóbal Roda, empresario destacado, actual presidente ejecutivo del Ingenio Sucroalcoholero “Aguaí” y socio del proyecto habitacional Urubó Village. Obtuvo reconocimiento de varias instituciones por sus logros empresariales que redundan en el beneficio y el desarrollo de la sociedad.

“Estamos en el mejor momento de la historia de Santa Cruz, es un momento emocionante para hacer transformaciones”, dice Patricia Hurtado, directora de Santa Cruz Innova, al hacer referencia a toda la tecnología que tenemos a nuestra disposición para lograr cambios transcendentales en nuestra sociedad, en nuestras empresas y en nuestra gente. “Tenemos a la población más joven de Latinoamérica en edad de producir. Tenemos más de 3 millones de cerebros (no hablemos de personas, sino de cerebros), que si los ponemos a pensar a todos, si somos capaces de conectarlos, podemos hacer algo realmente transformador”, señala, y esto nos impulsa a discutir sobre innovación en Santa Cruz, esta ciudad que se desarrolló a pasos agigantados en muy corto tiempo.

“Si miramos la historia de Santa Cruz, de los últimos 70 años y la vemos en la época de los 50, ciudad pequeña, polvorienta, donde la mayoría de las familias era de un estrato social muy uniforme, cuando aún existía el aislamiento y, después, vemos el crecimiento y la planificación… ¿ustedes no creen que más bien estamos en un momento en el que el terreno es fértil? Pareciera ser que las condiciones hoy están dadas como para germinar mucho más rápido que aquella vez”, señala Cristóbal Roda, y Elkin Echeverri, nuestro invitado experto en innovación, le responde: “Si una sociedad arrancó mucho más tarde que otras y ha logrado, sin chauvinismo, unas diferencias evidentes de desarrollo, quiere decir que hay algo en sus capacidades y en su forma de actuar en la cual se puede apoyar para seguir avanzando. Es más, si revisa lo que hizo y lo vuelve más sistémico ¡todos los resultados que podría obtener! Porque hay algo en su constitución o en su ADN que le permite hacer eso, porque si no lo tuviera, no hubiera podido lograr lo que logró en tan poco tiempo”.

Está claro entonces que Santa Cruz no solo que tiene el ADN para progresar, sino que también cuenta con la cantidad de población suficiente para innovar y crecer más allá de lo esperado.

Dicho esto, dejemos a nuestros entrevistados orientarnos sobre las dinámicas de innovación.

 

¿Qué es y qué no es innovación?

Para arrancar nuestra entrevista y confirmar que estamos hablando en los mismos términos, les preguntamos a los tres participantes de este coloquio qué consideran que es la innovación y, por el contrario, qué no es innovación.

La hermana Micaela Princiotto es la primera en tomar la palabra para decir: “Innovación es la otra cara de la medalla de la creatividad. Nace cabalmente de una mente creativa que genera una idea nueva, que no se ha dado antes y que es beneficiosa para la sociedad. Pero la innovación no es una cosa abstracta, no es una idea solamente, es la otra parte de la idea creativa que se convierte en un hecho concreto”.

“Yo entiendo por innovación la generación de valor”, acota Cristóbal Roda, es decir “el ingrediente adicional a cualquier idea, a cualquier procedimiento o actividad que genere un incremento de valor, y que vaya en beneficio de la humanidad. Lo podemos ver en todos los campos”, explica.

Para Elkin Echeverry innovación es una idea nueva que puede probar que generó valor. “La innovación se da cuando puedo demostrar que hay valor. Por eso Peter Drucker hablaba muy claro de que, además, la innovación es más una cosa de mercado, que la idea en sí misma, porque solo la sociedad es la que puede determinar que hay valor; esto muchas veces se olvida y nos quedamos en un abstracto”.

El experto explica que por más que una persona tenga muchas ideas o construya muchas cosas nuevas, no puede considerarse una innovación si la gente no las usa. “Es más importante la utilidad, que la novedad en sí misma”, dice.

Pero aclara que, muchas veces, sobredimensionamos el valor de una idea nueva. “¿Qué es una idea nueva? ¿Es nueva para quién? ¿Es nueva para mi empresa, es nueva para Santa Cruz, es nueva para Bolivia o es nueva para el mundo?”, cuestiona, no sin antes señalar que la pregunta más importante aquí es: ¿qué valor genera?

Entonces llegamos al punto en el que debemos definir qué no es innovación. Por ello Cristóbal Roda, con sus años de experiencia en el sector empresarial, señala que la “no innovación” sería copiar. Pero se cuestiona “¿puedo copiar algo que está en Europa y no en Bolivia y ser innovador?”.

Elkin Echeverry responde: “Sí, porque aquí en Bolivia genera valor. El punto no está tanto en la originalidad de la idea, aunque es importante, sino en la generación de valor”.

Para seguir dándonos luces sobre lo que no es innovación, el director de Planeación y Prospectiva de “Ruta N”, puntualiza: “Una idea maravillosa, no es innovación, porque, aunque yo crea que es una buena idea, no he salido a probarla. La innovación es la ejecución de una idea, de forma que se pueda demostrar que genera valor. Solo con la ejecución me puedo dar cuenta que esa idea no era tan buena como yo pensaba. La ejecución es la que hace la diferencia y no soy yo quien dice si eso sirve o no sirve, sino la sociedad”, señala.

“En ese mismo sentido está la invención. Yo puedo inventar algo nuevo, lo puedo incluso patentar o registrar, pero no es necesariamente una innovación, porque si la gente no lo usa no hay innovación. Entonces, es muy valiosa la creatividad, es muy valiosa la invención, pero la innovación solo se da si podemos demostrar su valor”.

 

Innovación ¿una moda?

Puede ser que siempre en la historia hayamos tenido innovación, pero no se llamaba así… Antes hablábamos de descubrimientos, de novedades, de inventos. A estas alturas del coloquio surge la interrogante: ¿No estaremos creando una especie de moda con la palabra innovación? Y Cristóbal Roda nos la ilustra muy bien: “Cuando sale el término innovación se me viene a la cabeza el momento en el que apareció el término estrés. Antes no existía el estrés, nadie se estresaba. Ahora yo voy a los campos de soya y el agrónomo me dice: ingeniero, la planta está estresada”.

Entonces sí parece que el término innovación es un término nuevo que entró de moda.

“La innovación camina con la historia, la historia es la que exige innovar ciertos elementos. Caminar con la historia significa entonces innovar siempre. La diferencia entre nuestra historia y la historia de la revolución postindustrial es cabalmente eso, entre el producir de manera sistemática, en la famosa cadena de montaje, y el producir de manera innovativa, respondiendo con ideas nuevas, con conceptos nuevos, con servicios nuevos que la sociedad necesita. Entonces este concepto de innovación que hoy parece tanto de moda está ligado también a un crecimiento empresarial, a una economía de mercado. Como decía Elkin, si lo que yo innovo nadie lo compra, no sirve… es un concepto más pragmático, pero es real.

Entonces en esa economía de mercado que hoy se hace tan fuerte tiene lógica la moda de la innovación”, sostiene la hermana Micaela. A lo que Roda acota: “Pero no solamente la innovación está en el campo empresarial, yo puedo innovar en el campo educativo, en lo social. Podemos tomar nuevas prácticas de enseñanza e innovar, para que la gente aprenda más rápido, por ejemplo”.

La respuesta categórica de nuestros tres entrevistados es sí, la innovación ha existido siempre. “Lo único que puede hacer que hoy seamos 7mil millones de personas en el mundo, tengamos un ingreso per cápita exponencial y que la expectativa de vida sea de 89 años, es la innovación. Hoy la persona más débil de la sociedad tiene acceso a cosas que el rey más fastuoso de la antigüedad ni siquiera se soñó tener. La innovación es eso, que con las mismas cosas yo hice más, y eso es lo que la humanidad vino haciendo casi desde el principio”, empieza comentando al respecto Elkin, y complementa: “Entonces lo que pasa es que hoy entendimos que le podemos decir ‘innovación’, porque hemos ido conceptualizando el tema. Pero como todo término nuevo también corre el peligro de ser utilizado mal: el problema que está teniendo el término innovación es que muchos sin entender el concepto lo están utilizando y lo han dañado. Pero en realidad se comete un gran error al despreciar algo que es muy poderoso”.

Entonces la innovación ha existido siempre, no es una moda porque lo venimos haciendo hace mucho tiempo, pero hemos aprendido a llamarla así recién. Lo que hace falta es tener un poco más de disciplina al utilizar el término para no dañarlo.

 

El perfil del innovador

Cuando se pregunta a los participantes de este coloquio sobre cuál consideran que es el perfil de una persona innovadora, los tres coinciden en afirmar que no existe un perfil específico, sino más bien algunas características intrínsecas que pueden ayudar: “Creativo. Curioso. No conformista”, señala Roda; “Curioso, trabajador, una persona que tiene siempre la tendencia a buscar algo nuevo”, comenta Princiotto.

“Yo estoy un poco en contra de esto del perfil, porque eso significaría que unas personas pueden innovar y otras no. Si la persona es creativa, curiosa, emprendedora, posiblemente llegue a innovar más rápido, pero hay muchas formas de llegar a la innovación y todos llegamos desde escenarios diferentes. La humanidad ha avanzado por muchos caminos, y si uno ve la historia se da cuenta que esos caminos son totalmente diferentes. Se ha visto que personas que buscaban unas cosas, terminaron encontrando otras. Estoy en contra de tener un perfil, pero sí estoy totalmente de acuerdo en que tener ciertas características ayuda”, explica Echeverry.

 

Medir la innovación

Se dice mucho que lo que no se mide no se puede mejorar. Por lo tanto, cuando hablamos de innovación debemos hacerlo también en términos medibles, esto con el objetivo de seguir innovando. Entonces ¿cómo medimos la innovación y qué indicadores tenemos para medirla?

Roda recuerda los rankings que miden el desarrollo de los países en los que, evidentemente, se mide la innovación. “¿Por qué el desarrollo de Bolivia está en el puesto en el que está? ¿Por qué hay otros países más desarrollados dentro de una escala? Es esa medición de la innovación, la creatividad, el desarrollo, la educación y una sumatoria de otras cosas, por las que unos andan corriendo adelante, otros en medio, y otros atrás. Definitivamente la innovación es medible”.

Sí se puede medir perfectamente, en cualquiera de los escenarios. Y de esa medición parte el hecho de que puedas saber si hay innovación o no, y en qué proporción lo estás haciendo. Si no lo pudieras medir, volveríamos a la asociación inicial de creatividad. En cambio, con una medición se puede determinar el valor generado” comenta Echeverry.

Con respecto a los indicadores de estas mediciones, el experto colombiano nos explica que existen metodologías para ello: “Como toda medición ésta es subjetiva, porque alguien tiene que poner un número o valor. Pero hay metodologías que permiten más o menos que todo mundo esté de acuerdo en que ése es el valor. Es un poco como la inteligencia, es muy difícil de medir pero existen métodos”.

 

Innovar trae satisfacciones

Nuestros entrevistados tienen toda una historia detrás de sus espaldas, cada uno desde su propio campo, innovando y generando cambios a su alrededor. Sus acciones han generado valor a mucha gente, pero también en ellos, que se declaran satisfechos y felices por ello.

La hermana Micaela, por ejemplo, nos comenta qué la hace feliz al recordar todo lo realizado a lo largo de estos años: “Yo pienso en tantos estudiantes que han pasado por nuestras escuelas, sobre todo los chicos con menores recursos económicos, que ahora son profesionales, que tienen una vida con dignidad y que ahora viven contentos porque han cambiado su situación de vida, desde carretillero a empresario, hasta alguien pobrísimo que ahora está diseñando páginas web y sistemas en grandes empresas. Y la otra cosa que muy feliz son los libros. Me encanta que los niños tengan un libro hermoso en sus manos. Ver a la gente satisfecha y contenta con lo que tiene y con lo que es, no tiene precio, es el máximo de la felicidad”.

Por su parte, Cristóbal Roda, nos regala una estampa familiar que ha calado hondo en su vida: “Hace unos 25 años atrás, cuando mis padres cumplieron 30 años de casados, se hizo una filmación, un pequeño video con algunas entrevistas a los amigos de mi padre, a los funcionarios y a los trabajadores. A mí se me quedó grabada la imagen de un carpintero, que en la grabación dice “yo estoy muy feliz con el señor Roda porque con mi sueldito de carpintero logré formar a mis tres hijos profesionales”. Eso realmente me llegó, porque con esa disciplina, con esa trayectoria, un carpintero sacó a tres hijos profesionales… son esas cosas las que te marcan”.

Igualmente, Elkin Echeverry nos cuenta que los momentos más satisfactorios de su carrera han sido, justamente, cuando notó que aquello en lo que innovó se había traducido en el desarrollo de una persona. “Lo que a mí me llenaba como empresario era ver cuántas personas yo había visto llegar a la empresa y ver cómo salían al cabo del tiempo. Esas innovaciones permitieron crear algo que antes no existía y en lo que ellos se pudieron desarrollar”.

 

¿Cuándo se percataron que estaban haciendo algo innovador?

 

CRISTÓBAL RODA

Después de una charla que hubo aquí en CAINCO sobre innovación, yo me puse a pensar y analizar sobre qué he hecho yo: ¿he innovado o no he innovado? Si no te lo planteas, uno no se da cuenta.

Entonces pienso en la última inversión que hicimos en Aguaí. El proyecto fue una innovación total, porque yo no tenía los recursos para hacerlo, no tenía los socios para hacerlo, tenía simplemente un sueño. Y cómo armé la estructura financiera fue innovativa, fue fuera de lo común, captar en Bolivia la cantidad de recursos que se necesitaba no era normal, si hubiera ido a los bancos no me lo hubieran prestado, no había la capacidad para que me pudieran prestar ese monto. Y fue una forma muy imaginativa juntar los otros ingredientes, con quién me asocio, por ejemplo, y así en cada etapa, hasta cristalizar el proyecto.

Recién me doy cuenta, cuando miro para atrás, que esa fue una acción innovativa, no fue común, no fue un proyecto de todos los días, y fue diferente.

 

ELKIN ECHEVERRY

Mi primer recuerdo como persona es estar haciendo eso. Puede sonar un poquito engreído, pero por mi forma de ser casi desde mis primeros años estaba haciendo cosas que en ese momento no se llamaron innovación pero que eran eso indudablemente.

Yo fui inventor desde niño. Inventé y generé cosas desde niño, tuve mi primera empresa a los 15 años, cuando hacía antenas nuevas. O sea que cumplí todo el ciclo, no solo generé las cosas nuevas, sino que monté la empresa y vendí el producto. Entonces esto es natural para mí desde el principio.

Me pasó otra cosa interesante, yo tuve varias empresas y de pronto se utiliza un término que se llama “emprendedor serial”. Luego me di cuenta que era un emprendedor serial.

Pero lo importante no es el nombre o la moda, sino cómo encuentras la forma que la gente lo incorpore y no sea simplemente una carga adicional de lo que estás haciendo.

 

MICAELA PRINCIOTTO

Yo creo que toda mi vida he hecho cosas distintas a lo que hacía un niño o un adolescente. Pero uno no se da cuenta. Y cuando vine a Bolivia me parecía de lo más normal hacerlo.

Yo estoy convencida de que la innovación debe responder a necesidades históricas, y me sorprendí cuando grandes organizaciones venían al centro educativo porque era una cosa absolutamente nueva en Bolivia. Otros me han hecho dar cuenta, porque cuando uno lo hace, lo hace porque está convencido de que ésa es la necesidad en ese momento.

Para mí la innovación es responder a la necesidad del otro, aunque el otro no se haya dado cuenta todavía de que la tenga.

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