Santa Cruz Innova, la agencia de innovación de CAINCO, apoyó en el desarrollo de la primera versión del Digit Latam, evento orientado a reunir en una sola plataforma el mundo corporativo y las startups con dos puntos en común: la transformación digital y la innovación. Hablamos con uno de los expositores sobre el futuro de las corporaciones.

Transformación digital, gestión del cambio, experiencia de cliente, experiencia de usuario, inteligencia artificial, innovación tecnológica y estratégica, e innovación social, fueron los ejes temáticos sobre los cuales giró el Digit Latam, evento que se desarrolló en Santa Cruz y La Paz el mes pasado con el objetivo de brindar a profesionales y emprendedores herramientas claves para poder implementar de manera exitosa una transformación digital en sus empresas o emprendimientos.

“En un mundo donde cada vez tenemos más hiperconectividad y las nuevas tecnologías se multiplican a paso acelerado, Digit Latam llega a Bolivia para tocar los temas más relevantes de la actualidad, sirviendo como una plataforma para que expositores de renombre internacional puedan compartir vivencias y casos de éxitos, y así apoyar a empresas y startups de Bolivia a dar el salto del modelo de negocio tradicional al modelo digital”, rezaba la descripción del evento en su portal, y con esa promesa subió a su escenario a ocho expositores que compartieron con la audiencia sus conocimientos y experiencias: Juan Carlos Acosta, ex CEO de Tigo Colombia; Carlos Molina, Vp Experience de IZO; Javier Iglesias, director global de operaciones en Opinno; Gabriel Marcolongo, CEO y fundador de Inclúyeme; Gabriel Celemin, CEO de Giro 54; Patricio Cobre, CEO de Metric Arts; Rodrigo Salazar, director de +Identidade y premiado por MIT entre los 35 innovadores de menos de 35 años (2018); y Carlos Salinas, CEO y fundador de Luuna, un boliviano que está triunfando en México con su empresa de colchones que nació siendo 100% digital y que hoy factura millones de dólares.

En la oportunidad, E&D conversó con Javier Iglesias, director de operaciones de Opinno, consultora global de innovación, quien en su intervención estuvo hablando sobre el futuro de las corporaciones, tomando en cuenta el impacto que están generando las tecnologías y la transformación digital.

“Estamos en un mundo exponencial, algo que nos cuesta mucho entender. Porque al escuchar hablar de esto nosotros normalmente pensamos en términos de dinero, pero en realidad con la exponencialidad nos referimos a la tecnología, es decir al progreso tecnológico que crece a un ritmo exponencial”. Así empieza Iglesias a explicarnos el impacto que están teniendo los avances tecnológicos en nuestras vidas y en el mundo corporativo. Todo gracias a que en los últimos cien años hemos sido capaces de incrementar la potencia de las máquinas a un ritmo exponencial, y uno de los últimos cambios está empezando a dotar a las máquinas de capacidades que siempre pensamos estarían reservadas para los humanos, como por ejemplo el aprendizaje. “Las máquinas hasta ahora las tenemos que programar para que hagan cualquier cosa, pero gracias a algunas tecnologías de aprendizaje reforzado son capaces de programarse a sí mismas, a educarse a sí mismas para realizar una labor. Por ejemplo, la creatividad, que pensamos que es algo humano y no se dará nunca en las máquinas, gracias a una tecnología que se llama Redes Generativas Antagónicas también están siendo capaces de crear cosas que no existen, tan creíbles que engañan al humano, como la foto de una persona que no existe, que ha creado una máquina. Lo mismo ocurre con los sonidos”, explica.

 

¿Cómo estos cambios y avances tecnológicos están afectando a las empresas?

Este cambio tan rápido del entorno hace que para las empresas sea cada vez más difícil hacerse relevantes en el largo plazo.

Los datos nos muestras que si antes una empresa era líder en un sector normalmente lo era durante décadas y décadas, hoy en día la media del tiempo que una empresa se mantiene como líder ha caído drásticamente. Desde los más de 60 años de media hasta los 12 años aproximadamente, en la actualidad.

Eso quiere decir que como el mundo cambia más rápido, a las empresas cada vez les cuesta más mantenerse relevantes a largo plazo. Por ello, la única forma de mantenerse relevante a largo plazo es innovando.

 

¿Qué es innovación?

Hay tres tipos de innovación, distinguiendo con un esquema que llamamos de los tres horizontes: innovación incremental, adyacente y disruptiva, en función de cómo de ambiciosa es esta innovación.

La incremental es la menos ambiciosa de todas, son pequeños cambios que todos hacemos en el día a día, que aportan valor pero no cambian ni la solución ni el mercado; mientras que en el otro extremo estaría la innovación disruptiva, en la que ya estamos creando una solución completamente nueva, para un mercado completamente nuevo. Entre medio existen muchos grados de innovación que llamamos adyacente.

 

¿Qué debe hacer una organización para ser innovadora?

Innovar es difícil, es una tarea arriesgada. La mayoría de los proyectos de innovación fracasan, entre un 70 y un 90%. Las organizaciones innovadoras, las que lo hacen bien y consiguen aumentar sus posibilidades de éxito en innovación, normalmente cumplen con tres características: están conectadas con el ecosistema, son ágiles porque los ciclos son más cortos y la incertidumbre mayor, y están muy centradas en el cliente, ya que el cliente tiene más poder que nunca. Y estas tres características solo tienen sentido si en la organización también existe una cultura innovadora.

 

¿Cómo se consigue crear una cultura innovadora en las empresas?

El modelo más avanzado es el de la transversalidad en innovación. Muy pocas empresas están en ese punto, la mayoría tiene áreas de innovación específicas donde se desarrolla la innovación, que tiene recursos y procesos especiales para poder experimentar e innovar.

Llegar a cambiar la cultura en la organización es un proceso muy complejo y es un proceso que nunca termina, porque la cultura tiene que irse actualizando constantemente. No es que la cultura anterior sea equivocada, sino más bien que tenemos que reforzar nuevos valores para adaptarnos al nuevo entorno. Para hacerlo es muy importante que la dirección esté comprometida, no se puede cambiar la cultura si no lo transmites desde todas las capas de responsabilidad de la empresa.

Una vez la dirección está comprometida entonces empieza la batalla del día a día, lo que implica muchas cosas: primero están los valores, que se traducen en símbolos, lenguaje y comportamientos. Un ejemplo de símbolos: no puedes decir que tienes una cultura de cercanía o de horizontalidad, si los gerentes o managers tienen un despecho mientras que el resto de la gente están en lugares diferentes; un símbolo podría ser eliminar los despachos o eliminar el uniforme, o los horarios de entrada fijos.

Luego el lenguaje, por supuesto, en la documentación y en cómo nos comunicamos internamente, y los comportamientos, que es lo que hacemos en el día a día. Eso es lo que está transmitiendo la cultura y eso es lo que tenemos que reforzar también.

 

¿Cuáles serían las etapas en un proceso de innovación?

Cada empresa hace su propia adaptación. Una empresa que adopta las metodologías más potentes de innovación distingue entre dos etapas: descubrimiento y ejecución. En la etapa de descubrimiento lo que hacemos es despejar incertidumbres, es decir qué necesidades existen, hasta asegurarnos de que lo que tenemos en mente es una necesidad real de alguien. Una vez tenemos la necesidad validada, comprobada, inventamos una solución para esa necesidad, y eso lo hacemos mediante un proceso de experimentación, prototipado, etc. Eso es lo que llamamos la parte de descubrimiento.

Una vez tenemos todo el concepto, este es el cliente y este es su problema, y esta es la solución que lo puede resolver, empieza la parte que llamamos de ejecución: creamos la solución, la desplegamos. Dentro de estas dos grandes etapas puede haber varias subetapas, según cada empresa y sus características.

 

Hoy en día hablar de innovación es también hablar de transformación digital ¿Cómo se logra en una empresa?

Un poco en línea con lo que decía de la cultura, la transformación digital no es algo que empiezas hoy y a lo mejor dentro de nueves meses has terminado. Es algo infinito, algo que empiezas y nunca acabarás.

Lo que tienes que hacer es incorporar las nuevas olas de tecnología para lo que quieres lograr, internamente y externamente, en tus operaciones y ante tu cliente.

Entonces, con un proceso infinito cómo se puede lograr. Justo con estos mecanismos de innovación que comentamos hace un momento, es una forma de ir detectando qué necesidades hay por dentro y por fuera, es decir de tu cliente y de tus empleados y colaboradores, cómo la resuelves con nuevas herramientas, a veces de tecnología, a veces no.

Es así como se puede diseñar una hoja de ruta de transformación digital. Haciendo estos procesos de descubrimiento, prototipando distintas soluciones, y de ahí defines tu hoja de ruta de los proyectos que tienes que implementar en los próximos meses para la transformación digital.

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