Economía

La encrucijada del crecimiento sudamericano

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  • Esa es la palabra que describiría las perspectivas de crecimiento latinoamericano en general y sudamericano en particular en 2019. En abril del año pasado, el Fondo Monetario Internacional proyectó que la región iba a crecer 2,8% este año. Al presente, los pronósticos positivos, como el de la CEPAL, fueron dejados atrás y, en el mejor de los casos, se espera que la actividad económica de la región se estanque en el nivel de 2019.
  • Veamos de menor a mayor, cómo se han desempeñado estas economías sudamericanas en el primer semestre, tomando como referencia los reportes de la Alianza Latinoamericana de Consultoras Económicas o LAECO, de la cual el Centro Boliviano de Economía (CEBEC) es su representante en nuestro país. Además, añadiremos para facilidad del lector algunos vínculos de otras fuentes. Y pondremos especial énfasis en la situación argentina por la gravedad de su crisis y la boliviana por el interés intrínseco en el país.
  • En Argentina se observó una caída de 5,8% del PIB en el primer trimestre, seguida de un estancamiento en el segundo cuarto del año. Este comportamiento es resultado de la crisis de balanza de pagos que enfrenta el país vecino. Ésta es una situación en la cual existe una alta desconfianza en la estabilidad de la moneda.
  • Entre los factores que gatillaron esta situación está la baja capacidad de efectuar ajustes estructurales junto con una serie de medidas que iban en buena dirección, pero fueron tempranamente asumidas como la independencia del banco central y la liberalización de los flujos de capital. Uno de los aspectos que preocupa sobre el país vecino es la recurrencia de sus crisis.
  • Respecto a Paraguay, su crecimiento fue sólido en los últimos años y similar al de Bolivia en la región. Sin embargo, en 2019 el desempeño global ha sido malo por el declive agropecuario en lo que va del año y, al igual que el resto de los países, confronta un entorno adverso. Es de hecho, uno de los más bajos desde 1999.
  • A su vez Uruguay se enfrenta a una situación de casi virtual estancamiento por la caída de varios sectores, dentro de los cuales destaca el relacionado con el turismo, una de las fuentes principales de ingreso del país en cuestión, además de la construcción, en línea con la caída de la inversión. Frente a ellos, el gobierno ha tomado 14 medidas para incentivar la economía, aunque las mismas no apuntarían al meollo del problema: la baja competitividad.
  • En cuanto a Brasil, la falta de credibilidad en las autoridades políticas y económicas en los últimos años, independientemente de su línea ideológica, se ha observado en aumentos leves del PIB, por debajo de 1%. A esto se añade que es uno de los países de la región más susceptible a los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
  • Ecuador también se encuentra en una situación de virtual estancamiento. De hecho, dada la naturaleza dolarizada de esta economía, una de las pocas opciones que tiene es recurrir a financiamiento del FMI, cuya misión estuvo de visita en las pasadas semanas, para evaluar los desembolsos de este unido al avance de las reformas propuestas por el gobierno. No obstante, la incertidumbre ha aumentado porque se conoce que éstas se aplicarían en 2020 y que las reformas laboral, tributaria y financiera no contaría con respaldo parlamentario.
  • Donde ha existido también una fuerte corrección de las expectativas de crecimiento hacia la baja es en Chile. El banco central comenzó a reducir las tasas de interés para estimular la actividad económica. En el ámbito de políticas públicas, existe todavía incertidumbre por las reformas tributaria y laboral que se efectuarían, tanto por la demora como por algún grado de improvisación en el último caso.
  • Nuestro vecino Perú tiene perspectivas de crecimiento modestas, comparada con las tasas de años anteriores, afectadas por el magro desempeño de los sectores primarios, tanto por condiciones climáticas como por la caída de los términos de intercambio, principalmente por los efectos de la guerra comercial china estadounidense. Pese a ello, la inversión privada ha crecido de forma importante (5%). Esta situación puede cambiar radicalmente debido a la incertidumbre política que se desató al cierre de este boletín.
  • Donde se han revisado hacia el alza las proyecciones de crecimiento es en Colombia. Su crecimiento estará por encima de 3%, principalmente por el impulso de la demanda interna, en especial motivados por la confianza del consumidor. Cabe notar que este país tiene un déficit de balanza de pagos alto, cercano al 5% del PIB, pero que es financiado por mayor inversión extranjera directa.
  • En cuanto a nuestro país, no existe información pública sobre el desempeño del PIB al primer semestre, cuando usualmente ya se conocen las cifras sobre la actividad económica. Sin embargo, la caída en el valor y volumen de las exportaciones, en especial de hidrocarburos con una caída superior al 20% en nominaciones de gas, apuntan a que el crecimiento en el primer trimestre habría estado cerca al 4%, mientras que en el semestre estimamos se habría situado en torno a 3,5%. La evaluación al respecto es mixta, porque está por debajo de las previsiones oficiales y privadas, pero continúa como la más alta de la región.
  • Dicho sea de paso, cabe señalar que, tomando en cuenta el crecimiento del segundo semestre de 2018, que estuvo por debajo de 4% según información oficial del INE, y el proyectado para la primera mitad del año, el crecimiento del PIB no habría llegado al umbral de 4,5% establecido en el Decreto Supremo 1802 para el pago de un sueldo adicional. Incluso, es posible que haya estado en torno a 4% en el año móvil julio de 2018 a junio de 2019.
  • En resumen, Latinoamérica confronta un periodo particular de desaceleración general tanto por aspectos climáticos como por factores externos relacionados con las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos y sus efectos en los precios de materias primas. Al interior de cada país, persisten debilidades estructurales y es necesario generar una agenda seria para promover no sólo el crecimiento, sino el desarrollo sostenible, en un entorno externo que se muestra complicado. 

 

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