Por Liliana Serrate, subgerente de Santa Cruz Innova

La pandemia ha golpeado al sistema productivo mundial por el aislamiento social y la disminución de la demanda. Las empresas a nivel global se han visto obligadas a digitalizar sus procesos y a buscar soluciones innovadoras para seguir cubriendo la demanda, pero surge la necesidad de preguntarse si las inversiones en investigación y desarrollo  para nuevos productos y servicios se mantendrán o recortaran en este contexto.

El 2 de septiembre pasado, se dio el lanzamiento de la décima tercera edición del Índice Global de Innovación (IGI), un reporte realizado por la Universidad de Cornell y la Organización Mundial de Propiedad Intelectual y la Escuela Francesa de Negocios INSEAD.

El objetivo del Informe es presentar una clasificación de las capacidades y resultados de innovación de las economías a nivel mundial. El índice incluye indicadores que van más allá de las medidas tradicionales de innovación, como el nivel de investigación y desarrollo y trata de identificar el potencial que tiene una economía de producir bienes y servicios innovadores. El reporte que se realiza anualmente mide el rendimiento en innovación de 131 economías en todo el mundo basado en 80 indicadores que reflejan el ambiente institucional, el sistema educativo, actividades de investigación y desarrollo, infraestructura y diferentes formas de creatividad, conocimiento y resultados de innovación.

El reporte permite a los países el comparar su rendimiento y capacidad con otros 130 Estados en 7 pilares: Instituciones, Capital Humano e investigación, Infraestructura, Sofisticación de mercado, Sofisticación de negocios, Resultados conocimiento y tecnología y finalmente un pilar de Resultados de la creatividad divididos en dos subíndices.

Los resultados globales: los actores del sistema de innovación global

Con un escenario de caída del crecimiento del Producto Interno Bruto Mundial de alrededor del 3% según el Fondo Monetario Internacional, el escenario para la Inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) puede verse afectada considerablemente en conjunto a otros gastos en el panorama empresarial.  Este fue el principal tema que este año el Índice Global de Innovación toca, haciendo énfasis en fenómeno post COVID de desaceleración económica. Sin embargo el análisis presenta también que existen ciertos sectores que por el contrario a las hipótesis iniciales ya prevén un incremento de inversión en I+D dado al incremento de la demanda y ha cambios en los patrones de consumo del consumidor: el sector de la salud  y la logística (y búsqueda de energías limpias). Por otro lado, otros sectores que fueron fuertemente golpeados por el aislamiento social tenderán a invertir en buscar alternativas innovadoras para mantenerse en el mercado como ser el turismo, la educación y el comercio minorista.

A la cabeza del índice siguen estando las economías de altos ingresos, en la cabeza a Suiza, seguida por Suecia y Estados Unidos. Dentro de los primeros 20 peldaños China es la única excepción, ya que ocupa el puesto 14 por segunda vez consecutiva y sigue siendo la única economía de ingresos medianos entre las 30 primeros puestos.

IGG: Primeros puestos a nivel global

América Latina

Chile ocupa el primer lugar en la región en la posición 54, seguido de México le sigue en la posición 55 y Costa Rica en la posición 56.

Brasil, México y Argentina albergan empresas mundiales de I + D y se encuentran entre las 10 principales economías de ingresos medios en la calidad de la innovación. Chile, Uruguay y Brasil producen altos niveles de artículos científicos y técnicos, y Brasil tiene un impacto también en las patentes.

Bolivia, desempeño en el IGI

Bolivia ocupa la penúltima posición de los países latinoamericanos en el ranking global de innovación. Ubicándose en la posición 110 de 131 economías.

Si bien hay mejoras respecto a la gestión pasada el desafío de la innovación sigue siendo bastante grande para Bolivia y para América Latina. El reporte establece que, en relación con el Producto Interno Bruto, Bolivia se está desempeñando por debajo de las expectativas de innovación para su nivel de desarrollo, lo cual puede observarse en el siguiente cuadro (en el circulo).

Fuente: IGG 2020

Bolivia: Desempeño en Pilares del Índice Global de Innovación

Dentro del análisis que realiza el reporte identifica que Bolivia produce menos innovación en relación con sus inversiones realizadas, y analizando los puntos se puede identificar que sus resultados más bajos se encuentran en instituciones (sobre todo en el marco regulatorio, estabilidad política, respeto de la ley y facilidad de empezar un negocio), infraestructura, colaboración universidad industria, desarrollo de clústers, registro de patentes entre otros.

Si analizamos a detalle los resultados, la articulación del ecosistema es de vital importancia para subsanar otras debilidades, para lo cual se debería trabajar en el marco normativo que incentive el acercamiento entre universidades y empresas, que incentive la hora de investigación en las universidades (con mejor remuneración que la hora en aula), la institucionalidad publica o publico privada que fomente actividades en el sector y finalmente los incentivos a empresas de alto valor tecnológico e innovador como son las startups a generar oferta para el mercado nacional y  aprovechar así el talento creativo boliviano.

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