Por Julio Silva, gerente de cooperación, sostenibilidad e innovación de CAINCO

Desde que la pandemia de la Covid-19 golpeó sin clemencia a la mayoría de los sectores de la economía, hemos visto como se han acelerado algunos procesos que están transformando la forma en que las empresas hacen negocios. La digitalización forzada e incompleta, el uso de medios de logística y comercio electrónico, el teletrabajo y la virtualidad, son algunos ejemplos del cambio que se está produciendo en estos años. Esta crisis multidimensional ha hecho que las empresas pierdan el foco en el futuro por atender la urgencia del día a día, lo cual es perfectamente comprensible. La construcción de un futuro más prometedor para las organizaciones tiene que basarse en la innovación. En este artículo buscamos poner nuevamente en palestra a este concepto, “Innovación”.

Muchas veces se piensa que innovación traer una nueva idea a la empresa o se confunde innovación con el momento “Eureka” que puede ocurrir en la ducha o mientras tomamos un café con unas amistades. Una buena idea es siempre bienvenida, pero no tendrá ningún valor si no se pone en marcha y se transforma en un proyecto exitoso.

La innovación no es una actividad ni tampoco un resultado. La innovación es un proceso que incluye un conjunto de actividades y requiere de condiciones apropiadas en la organización para que sea efectiva.

Existen muchas definiciones de innovación, una de las más completas es la propuesta por el Manual de Oslo 2018[1] que dice “Una innovación es un producto o proceso (o combinación de ambos) que difiere significativamente de los productos y procesos previos, y que se han puesto a disposición de los potenciales usuarios (productos) o implantados en la organización (procesos)”. En términos más simples, es un nuevo producto exitoso en el mercado o una mejora al interior de la empresa con resultados positivos medibles.

El impacto positivo y duradero de la innovación en las empresas requiere de un cambio real en la estrategia y en la organización. Pero una vez que se logra implementar un sistema de innovación los beneficios son innumerables, entre los que podemos incluir los siguientes:

  • Empresa preparada para los desafíos actuales
  • Adecuación de los productos a las necesidades del mercado
  • La ventaja competitiva ante los competidores puede ajustarse y extenderse
  • Establecimiento de una cultura ágil para implementar cambios
  • Mostrarse como un actor de relevancia en el sector
  • Contar con mejores instrumentos de seguimiento y control

Para esquematizar de una manera más adecuada, desde CAINCO, nuestra agencia de innovación, Santa Cruz Innova, ha estructurado un modelo conceptual, para medir y estructurar un sistema de gestión de innovación. Este modelo se basa en las principales definiciones propuestas por las organizaciones de promoción de la innovación más importantes de Europa y América Latina.

Modelo de innovación de Santa Cruz Innova

El modelo de gestión de la innovación de Santa Cruz Innova tiene 7 elementos agrupados en 3 pilares:

  1. Bases para la Innovación: La empresa debe establecer las condiciones adecuadas para innovar a través de los siguientes pasos:

  • Estrategia de innovación:

La estrategia de la empresa debe incluir los objetivos de innovación e integrar en la visión, misión y valores, todo el esfuerzo que debe hacer la organización para generar proyectos innovadores, incluido el ajuste del modelo de negocios, la incorporación de nuevos productos o servicios.

  • Cultura de innovación:

Los líderes deben crear una atmósfera y cultura en la organización que facilite y propicie el desarrollo de iniciativas innovadoras, asumiendo que, para que éstas se den, es necesario explorar ámbitos desconocidos asumiendo riesgos e incertidumbres

  • Recursos para la innovación:

La organización debe facilitar a las personas las condiciones para que dediquen una parte de su tiempo a reflexionar, aportar ideas, elaborar propuestas y desarrollar iniciativas innovadoras. esto incluye recursos económicos, materiales y capacitaciones.

 

  1. Proceso de Innovación: Se debe desarrollar un conjunto de tareas de forma sistemática:

  • Análisis interno:

Se debe medir y verificar la realización de actividades y el análisis de oportunidades para generar proyectos innovadores desde la empresa.

  • Vigilancia del Entorno:

Observación dinámica y sistémica de los factores clave que ocurren en el exterior, y su posterior análisis, y retroalimentación a la estrategia empresarial.

  • Generación de Ideas:

Desarrollar en el personal la utilización de metodologías y herramientas para el desarrollo de la innovación y creatividad, incluidas las técnicas de exploración de expectativas de clientes

  • Gestión de Proyectos:

Se fomenta la utilización de metodologías de planificación, seguimiento, control en los proyectos al interior de la empresa, en base a los conceptos “Agile”.

  • Innovación abierta u Open Innovation:

La correcta gestión de alianzas y de relaciones con proveedores, clientes, universidades, centros tecnológicos y Startups puede incrementar sobremanera nuestra capacidad propia,

 

  1. Medición de la Innovación: Lo que no se mide no se puede mejorar

  • Métricas de innovación:

La organización debe establecer indicadores que nos permitan establecer objetivos y medir los resultados que estamos alcanzando. Definir KPIs que permitirán analizar la evolución con el paso del tiempo y establecer objetivos de mejora.

  • Proceso de mejora

La organización debe analizar la información para identificar áreas de mejora en el proceso de innovación y permitir una comparación con otras organizaciones con prácticas avanzadas de las que podemos aprender.

Si están interesados en dar el primer paso visiten el sitio: www.santacruzinnova.org

[1] MANUAL DE OSLO – DIRECTRICES PARA LA RECOGIDA E INTERPRETACIÓN DE INFORMACIÓN RELATIVA A INNOVACIÓNhttps://www.oecd.org/science/oslo-manual-2018-9789264304604-en.htm

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