¿Cuál es el elemento clave por el que unas empresas crecen y otras? Freddy Chumacero, especialista en estrategia y finanzas en el Incae Business School, Coach Peer en Bolsa Boliviana de Valores y MBA Universidad Andina Simón Bolívar, nos comparte un artículo con una breve explicación al respecto.


Hemos visto empresas de gran tamaño, con muchos recursos, rentables, pero sin estrategia que han desaparecido en unos cuantos años; otras, en cambio, se han estancado. Alguien decía que las empresas son como los ciclistas: “si dejas de pedalear, te caes”. A continuación, detallamos cómo las empresas crecen sólo cuando existen ciertas condiciones previas y tienen un equipo de colaboradores convencido de querer hacerlo.

Una filosofía positiva es la semilla para conformar un equipo, crear una buena estrategia y armar una estructura organizacional dispuesta al crecimiento. La filosofía sobre crecimiento está presente en las empresas, aunque no se la haga explícita; de alguna manera la organización siempre adopta una. El no declararla y cultivarla también es una forma de trasmitirla.

Entre estas posturas, identificamos tres tipos: la primera es la de cero crecimiento o estancamiento; la segunda, la filosofía contractiva (hacia la destrucción, empequeñecimiento no planificado o desaparición); y la tercera, una filosofía positiva o expansiva (hacia la expansión). Algunas de ellas siempre están presente en la organización y sus componentes; los ejecutivos o grupos de decisión toman postura sobre ella (aunque no la manifiesten de manera explícita) influyendo y modelando el comportamiento de toda la organización o gran parte de ella.

Esta “filosofía de crecimiento (estancamiento o contracción)” tiene su origen en la “cultura organizacional” que es definida como los valores, costumbres y creencias adquiridas por quienes pertenecen de algún modo a la empresa. Cuando estos valores y creencias incorporan un grado de optimismo realista, bajo un entorno favorable o no, y están orientadas al progreso, crecimiento y expansión, la empresa perseguirá crecer y tendrá muchas posibilidades que lo consiga. En otros casos, cuando los valores y creencias se orienten en otro sentido la empresa se estancará o desaparecerá. Todo depende de la cultura organizacional adquirida, las filosofías y el del modelaje de los líderes organizacionales.

Entonces, si la labor de los ejecutivos fuera la de sembrar optimismo realista y demostrar actitud positiva, contribuirían a la formación de una cultura organizacional con un enfoque de crecimiento. Cuando esta semilla se arraiga en tierra fértil, se incrusta en la genética de la organización, se convierte en el motor de crecimiento, porque a la gente le gusta el reto, progreso y el avance; aun en el caso de entornos difíciles se pueden hallar oportunidades de mejora. Adoptar una filosofía de crecimiento positiva no significa que la ejecución será fácil y sin problemas, sino que la organización adquirirá una actitud predispuesta al éxito, independientemente a la situación en que se encuentre.

La limitación de los recursos no debería ser un factor para frenar el crecimiento cuando se tiene un plan sólido. Aunque parece muy osada la afirmación, así ocurre cuando la empresa ha generado estrategias atractivas para un proyecto factible y cuenta con la experiencia para ejecutarlo. En algunos casos parece que la falta de recursos frena el crecimiento, pero cuando el proyecto es bastante bueno, y el empresario persevera, en realidad solo es un retraso temporal generado por un problema de contraparte que se soluciona con una búsqueda activa de alternativas de financiamiento. Al final, las personas y los capitales persiguen a los buenos proyectos siempre y abandonan a aquellos que no convencen.

Entornos difíciles no definen la opción estratégica, sólo estimulan soluciones creativas. Aunque las condiciones reinantes en el entorno deben ser tomadas en cuenta para definir la opción estratégica, el estratega o empresario y la organización definen qué opción seguir. En entornos difíciles se requerirán opciones más complejas y probablemente disruptivas para que sean exitosas, pero siempre existen alternativas para encarar situaciones de fuerte presión. En los momentos de crisis han nacido grandes ideas y soluciones.  De esta elección de opciones nacen las expansiones a nuevos mercados, nuevos productos, internacionalización, fusiones y adquisiciones, escisiones o diversificación. Las empresas deben comportarse proactivamente y no de manera reactiva a la sinuosidad del mercado y dificultades que plantea el entorno. Encontrar opciones exitosas para entornos difíciles requerirá un equipo predispuesto, atento, comprometido y motivado.

En conclusión, las empresas solo crecen sostenidamente cuando adoptan una filosofía de crecimiento positiva, modelada por sus líderes e incrustada en cada uno de sus colaboradores. En las que, a pesar de limitaciones de los recursos y lo difícil del entorno, adoptan predisposición al éxito y crean oportunidades para que ocurra. Son organizaciones en donde continuamente se habla de lo que sí pueden y saben hacer, como superar obstáculos y optimizar, y que enfocan sus energías en crecer y crear valor.

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