¿Cómo se hace para que hombres y mujeres de todo un pueblo se sumen a un proyecto empresarial? La experiencia de Minera San Cristóbal, la empresa minera de clase mundial que más aporta al país, nos enseña que esto se logra con mucha sensibilidad por el sentir de la gente y sus necesidades.

La mina San Cristóbal es un yacimiento de zinc, plomo y plata ubicada en la provincia Nor Lípez, en el municipio de Colcha K del departamento de Potosí, a una altura de 3900 msnm. Sobre este yacimiento anteriormente habitaba la comunidad San Cristóbal, que luego de mudarse para dar paso al trabajo de la Minera San Cristóbal, hoy vive a la luz de esta empresa minera que produce concentrados de zinc-plata y plomo-plata. Hombres y mujeres de esta comunidad hoy se benefician con la presencia de la minera, ya sea por ser ésta su fuente de trabajo o como resultado del compromiso social de la empresa y los programas de desarrollo sostenible que lleva adelante.

Minera San Cristóbal, empresa minera boliviana de clase mundial subsidiaria de Sumitomo Corporation de Japón, es considerada la operación minera a cielo abierto más grande de Bolivia, y se rige por una misión que le dicta desarrollar una minería modelo a través de operaciones seguras, de bajo costo y tecnología de punta, con compromiso social y respeto por el medioambiente. Con sus trabajadores como el activo más importante de la empresa, tiene como política mejorar la calidad de vida de los mismos, con capacitaciones permanentes, seguridad laboral, remuneración justa y cuidados de salud ocupacional. Cuenta con cerca de 1500 trabajadores calificados en operaciones mineras, el 64% de los cuales pertenece al departamento de Potosí. El 99% de la fuerza laboral de Minera San Cristóbal es boliviana.

Así, procesa 52mil toneladas métricas por día, logrando el 2017 una producción de 514 mil toneladas de concentrado de zinc-plata y 120 mil toneladas de concentrado de plomo-plata. Todo ello, con altos estándares de seguridad, respetando el medio ambiente y estableciendo una sólida relación con las comunidades que la acogen y sus pobladores.

¿Cómo lo hace? Recientemente, Empresa & Desarrollo tuvo la oportunidad de realizar un recorrido por sus instalaciones y conocer de cerca el trabajo realizado en el seno de la mina, gracias a la invitación que extendió el presidente de Minera San Cristóbal, Mitsuhiro Hirano, al presidente de CAINCO Jorge Arias Lazcano y al presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Ronald Nostas. En la oportunidad, ambas autoridades empresariales destacaron los excelentes resultados logrados por la compañía y se mostraron impresionados por la visión empresarial desplegada en beneficio de las comunidades aledañas, que se traduce en indicadores de desarrollo bastante positivos.

“El 2017 hemos cumplido diez años de operación y producción. Pudimos llegar a los diez años con operación a full y esperamos seguir trabajando así. Esto no ha sido fácil, pero se logró gracias al trabajo de todo el personal de Minera San Cristóbal y la comunidad, y también ha sido importante el apoyo que hemos venido recibiendo del Estado boliviano”, señaló en la ocasión Mitsuhiro Hirano, presidente de Minera San Cristóbal a la hora de dar la bienvenida a sus invitados.

Para el desarrollo y la construcción de Minera San Cristóbal se requirió una inversión aproximada de 1.800 millones de dólares, la inversión más alta en la historia de Bolivia a la fecha. La compañía cumple con sus obligaciones tributarias y pago de regalías con el Estado Plurinacional de Bolivia contribuyendo con aproximadamente 229 millones de dólares (2017), impactando de manera positiva en el desarrollo y en la economía regional y del país.

La producción de concentrados de Minera San Cristóbal principalmente llega a mercados de Europa y Asia; el mineral es transportado al puerto chileno de Mejillones mediante una línea de ferrocarril en contenedores a granel. Los clientes finales son fundidoras que procesan el concentrado para obtener metales de alta pureza que posteriormente son utilizados de manera global para diferentes propósitos como galvanizado de acero, latón y aleaciones de base zinc. Las principales áreas de aplicación de estos productos son construcción, transporte, bienes de consumo, electrodomésticos e ingeniería.

El tipo de explotación que se realiza en la mina San Cristóbal es a cielo abierto, lo que permite el movimiento de grandes volúmenes de material de baja ley. El proceso de minado comienza con la perforación de “pozos de voladura”, que se realiza con equipos de perforación modernos que pueden penetrar la roca a una velocidad de casi 1 metro por minuto.  Gracias a un sistema de “voladuras silenciosas” que utiliza una cantidad mínima de explosivos para la quebradura de las rocas, no se llegan a proyectar las mismas a gran distancia.

El material removido de la mina es transportado en camiones de alto tonelaje hasta el chancador primario o triturador cónico. El objetivo de esta fase de trituración primaria es reducir el tamaño de las rocas extraídas hasta que tengan un diámetro promedio de 15 centímetros, adecuado para ingresar a los molinos. La capacidad de la planta trituradora es de 2.200 toneladas por hora.

Todo el mineral triturado es enviado a la planta concentradora mediante una correa transportadora de 1,7 kilómetros de largo y con una capacidad de 2.300 toneladas por hora.

El material es descargado desde una altura de 43 metros, formando un gran cono denominado la Pila de Almacenamiento o “stockpile”, donde se acumula el material chancado. La pila de almacenamiento está cubierta con un domo metálico que cuenta con aspersores de agua para disminuir la generación de polvo, y evitar la dispersión al entorno. Luego, el material de la pila de almacenamiento se transporta a la sección de molienda y flotación.

Las leyes de cabeza de zinc, plomo y plata son muy bajas en la roca mineralizada extraída; por lo tanto, es necesario que el material pase por un proceso diseñado para incrementar el contenido de estos elementos y obtener productos con un valor comercial. Para lograr esto, se ha diseñado la planta de concentración en la cual se obtienen dos concentrados enriquecidos.

La planta de concentración de mineral, que usa el método de flotación, tiene una capacidad de tratamiento nominal de aproximadamente 52.000 toneladas de mineral seco por día.  Funciona 24 horas al día, 365 días al año (excepto algunos días planificados para el mantenimiento).

Concluido el proceso de flotación, los productos obtenidos pasan a la etapa de espesamiento, donde se produce la separación de sólidos (concentrado) y líquidos (agua de proceso) en estanques denominados espesadores. Los concentrados (zinc-plata y plomo-plata) que salen de los espesadores son enviados al área de filtración donde se extrae el agua hasta obtener una humedad inferior al 10%; después de lo cual queda el concentrado listo para su comercialización.

Toda esta operación se realiza con un fuerte enfoque de gestión ambiental, basada en el uso eficiente de agua y energía, la reutilización y reciclado de residuos industriales, el control del polvo y la rehabilitación de áreas perturbadas por la operación minera. Para ello, Minera San Cristóbal ha realizado fuertes inversiones en equipamiento.

Tal es el caso de la construcción del domo, una infraestructura de 140 metros de diámetro que demandó una inversión de más de 10 millones de dólares, que evita la dispersión del polvo que se origina en la zona al cubrir la pila de acopio del mineral, permitiendo con ello cuidar el medioambiente, la salud de los empleados y habitantes de la región.

Asimismo, otro aspecto fundamental es la recuperación y recirculación del agua de proceso que se realiza mediante bombeo desde el depósito de colas hacia la planta concentradora (15 km). Para incrementar el volumen de recuperación y reducir el consumo de agua del campo de pozos, Minera San Cristóbal realizó una fuerte inversión económica en equipos y línea de transmisión de energía eléctrica. Este sistema de recirculación además representa una medida de control ambiental ya que no se produce descargas fuera del área de operaciones.

Por otro lado, el consumo de energía en una mina moderna es alto. La mayor parte de esta energía se utiliza en el circuito de molienda que representa el 50% del consumo. Sin embargo, en San Cristóbal los molinos son controlados por un sistema de sensores de sonido de alta tecnología. Este sistema asegura el funcionamiento de los molinos SAG con su máxima eficiencia, regulando su funcionamiento. Este sistema no es común en la industria y, de hecho, es el sistema más avanzado de su tipo en el mundo actualmente.

 

Un pueblo que cambió de lugar y mejoró su calidad de vida

Si bien el desarrollo y la construcción de Minera San Cristóbal requirió una inversión de 1.800 millones de dólares aproximadamente, el costo más alto sin duda -y que no necesariamente se cuantifica en dinero-, fue el traslado del pueblo que antes se asentaba sobre el centro mismo de la mina.

No fue nada sencillo trasladar a hombres y mujeres, jóvenes y niños, que tenían una vida ya establecida allí, dedicada a la ganadería y la agricultura, con sus parcelas, sus llamas y sus rutinas. El reasentamiento requirió todo un estudio para conocer no solo la cotidianidad de la gente, sino también la ruta de las llamas para poder reubicar los hatos ganaderos.

Por supuesto, al principio se produjo el natural rechazo al cambio. Pero Minera San Cristóbal supo cómo trabajar con las comunidades de su área de influencia de forma estratégica y consensuada, con un ingrediente fundamental: el respeto mutuo.

La clave para lograr esto fue la creación de un Consejo Consultivo con los líderes y las autoridades de las comunidades aledañas (área de influencia), a través del cual actualmente la compañía mantiene una relación abierta con los pobladores de San Cristóbal, Culpina k, Río Grande y Vila Vila, compartiendo información sobre las actividades empresariales y para comprender sus puntos de vista y sus expectativas.

De esta forma, Minera San Cristóbal trabaja en estrecha relación con este Consejo Consultivo para colaborar en los mecanismos de desarrollo socioeconómico de las comunidades del área de influencia. Para lo cual, ha invertido en la capacitación necesaria para que sean los mismos comunarios quienes realicen sus planes estratégicos y decidan sobre su futuro. Es así como con planificación y coordinación se llevan adelante proyectos que promueven el desarrollo social y económico de la región, definiendo las acciones a seguir en cuanto a temas de salud, turismo, seguridad, etc.

Es de esta forma que la Minera San Cristóbal se ha integrado como un agente promotor del desarrollo local, respetando la autonomía, la cultura y las tradiciones de las comunidades aledañas a su operación. En ese sentido, se diseñaron proyectos sociales en base a las potencialidades y necesidades de las comunidades; apoyando, por ejemplo, con el equipamiento para implementar la educación productiva en la transformación de la quinua y artesanías. Así también toma relevancia el proyecto de camélidos que tiene como objetivo la mejora en la gestión integral de manejo y aprovechamiento de la llama y vicuña para contribuir a la generación de ingresos económicos de las familias involucradas, bajo un enfoque de cadena productiva.

Por otro lado, el desarrollo de nuevas capacidades es una prioridad para la compañía, por ello creó el Instituto Técnico San Cristóbal, donde se formaron jóvenes en gastronomía, producción de quinua y crianza de camélidos con la finalidad de formar técnicos básicos.

Por todo esto, las personas de las comunidades sienten propio el proyecto de la Minera San Cristóbal, al punto de referirse a él como “nuestro proyecto” y hablan del trabajo de la minera con orgullo y satisfacción por los logros alcanzados.

 

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